jueves, 27 de noviembre de 2008

virgen del pilar

La obra que estamos viendo, hecha posiblemente después de su segundo viaje a Madrid en (1766-1769), expresa dos componentes básicos: "monumentalidad de la forma y libertad de tratamiento. La arquitectura compositiva se basa en la superposición dinámica de una serie de contrastes de claroscuro y, a la vez, de proximidad o lejanía. Llaman la atención las figuras del primer plano por sus brillantes colores. La seguridad de Goya le permite resolver con la mayor economía de medios, los grupos de figuras animadas por vivas luces y colores. En estas pobras se be el Goya que va a venir después. Se vivifica en la decoración mural del Coreto del Pilar, apartándose de lo académico por el abundante uso de lo impreciso, así como por las deformaciones expresivas, recurso al que no escapa ni siquiera el rostro de la Virgen".

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